El coordinador internacional de Banana Link, Alistair Smith, describe los avances que apuntan a un mayor diálogo social y a un futuro más prometedor para los numerosos trabajadores migrantes de Haití en las fincas del país, así como para la sostenibilidad de la industria exportadora de la nación caribeña, tras una reciente visita al mayor productor de bananos orgánicos del mundo.
Una mesa redonda establecida en 2019 por iniciativa de organizaciones de pequeños agricultores y sindicatos ha conseguido ahora la participación activa de la asociación nacional de productores de banano ADOBANANO, que incluye a la mayoría de los productores y a las mayores empresas de plantaciones. En mayo de 2021, el Ministro de Trabajo se comprometió a apoyar los esfuerzos no sólo para encontrar una solución simplificada que garantice el estatus legal y la seguridad social de los trabajadores migrantes haitianos que constituyen la columna vertebral de la mano de obra de la industria, sino también para apoyar un diálogo social más amplio entre los sindicatos y los productores. Además, en una reunión de la “Mesa” celebrada en Santiago a mediados de mayo, el Ministerio también se propuso coordinar los esfuerzos de otros ministerios y organismos gubernamentales, mientras que el Presidente, según se informa, concede una gran prioridad a asegurar el futuro de la industria que vale unos 300 millones de dólares.
Significativamente, el gobierno también parece reconocer que los bajos salarios son parte del problema y contribuyeron a que una parte de los 15.000 o más trabajadores regularizados bajo el plan nacional del gobierno anterior en 2015-16 dejaran la industria bananera por trabajos mejor pagados. El 1 de mayo, el Presidente se comprometió a elevar el salario mínimo hacia niveles de salario digno en un evento organizado por las tres confederaciones sindicales nacionales, lo que hace esperar que los salarios históricamente bajos en la agricultura comiencen a abordarse mediante un aumento significativo en los próximos meses1.
El interés mostrado por el gobierno llega en un momento oportuno y reforzará los esfuerzos iniciados por Fairtrade International y sus socios locales.
El principal productor de banano orgánico del mundo había sufrido una reputación empañada por su dependencia de los trabajadores migrantes haitianos, miles de los cuales no gozan de los mismos derechos que sus homólogos dominicanos. Al carecer de estatus legal en la República Dominicana, los trabajadores migrantes no tienen acceso a todo el sistema de seguridad social. La legislación dominicana les da acceso al sisteam de salud, pero no al seguro de riesgo laborales ni a los derechos de pensión y cesantia.
En un comunicado de finales de mayo, Fairtrade escribió que “el proceso de regularización existente es largo y costoso, y los permisos sólo son válidos durante un año, lo que hace que el sistema sea insostenible para la alta rotación histórica de migrantes que se desplazan de un sector a otro, y de vuelta a su país de origen y a sus familias”.
“Nuestra preocupación como migrantes haitianos que viven en la República Dominicana es la renovación de los documentos que recibimos a través del plan de regularización“, dijo el trabajador bananero Minel Bellamy. “Ahora la mayoría de nosotros tenemos los documentos caducados, lo que nos dificulta circular por el país y reclamar nuestros derechos, y no tenemos suficientes recursos para pagar la renovación, que tiene un coste muy elevado“.
Romper el molde de un problema centenario en la isla
El gobierno elegido el año pasado ha roto con décadas de indiferencia hacia una solución duradera y, al parecer, es partidario, por debajo del radar de la atención internacional, de una política nacional de “migración digna”.
Fue en una reunión histórica celebrada en enero entre los presidentes Abinader, de la República Dominicana, y Jouvenel, de Haití, donde surgió un programa renovado de regularización de los trabajadores migrantes como primera prioridad de un acuerdo de cooperación binacional. La declaración conjunta compromete a los dos gobiernos a : “trabajar juntos en el proceso de identificación e inscripción en el registro civil haitiano de todos los ciudadanos haitianos que se encuentren en la República Dominicana“.
El embajador de Francia en República Dominicana es uno de los únicos representantes de gobiernos extranjeros que ha comentado la importancia de esta medida. En abril comentó durante un evento nacional sobre temas de migración: “República Dominicana y Haití han captado los retos de construir la fraternidad y la cooperación para relanzar la economía de toda la isla después de Covid; esta iniciativa es uno de los ámbitos clave para nuestro apoyo político y diplomático“.
Los sindicatos, las organizaciones de agricultores y las empresas de plantación han demostrado, con la creación de la mesa redonda nacional, que su voluntad política colectiva puede influir en la política del gobierno. Ahora ha llegado el momento de aprovechar este progreso y trabajar para conseguir unas relaciones laborales maduras en las que las trabajadores dominicanas y haitianas colaboren con los productores para garantizar el acceso universal a la protección social, mantener la certificación de Comercio Justo y trabajar para conseguir salarios e ingresos dignos para todos.
Photo: Alistair Smith